Poesías de mi padre
He conservado varias poesías manuscritas de mi padre, Manuel Fernández Rodríguez. Pese a que sólo asistió a la escuela primaria de Bárcena, siempre tuvo gran afición por la poesía, el cuento y el teatro. En sus pocos ratos libres, pues trabajaba como una bestia y decía que el tiempo empleado en trabajar y dormir era tiempo perdido, solía sentarse a escribir sobre una cuartilla con una pluma estilográfica o incluso, cuando vivíamos en Barcelona, con una máquina de escribir. Años después, durante una de mis visitas a nuestra casona familiar de Lantero, el señor que allí vivía me recitó de memoria una pieza satírica asturiana que mi padre había escrito para la compañía local de teatro que había fundado en la comarca, y con la que representaban distintas obras en los pueblos de los alrededores. Papá siempre tuvo afición por el bable asturiano, que dominaba perfectamente, y que utilizaba sobre todo para sus obras humorísticas y costumbristas.
Estas son algunas de sus obras:
A la muerte
Si has de venir al fin ven cuando quieras,
Y no traidora, lúgubre y callada,
Ven como si mujer y enamorada
De mi cándido amor cómplice fueras.
Otros de tus veleidades y quimeras
Huyan la acometida y la emboscada
O te llamen con voz desesperada
Para que pronto y sin piedad les hieras,
Yo que no juzgo bien el bien presente
Ni llevo el corazón hecho pedazos.
Bajo en paz de la vida la pendiente
Y espero en Dios que el desatar sus lazos
Tu cariñosa besarás mi frente,
Y yo feliz me dormiré en tus brazos.
(Madrid, a 29 de Septiembre de 1.971)
Psicología del beso
Besa el alba al despertar
Saturada de rocío
El sol de inmenso albedrío
La inmensidad del mar.
Cual tiernos amantes fieles
Fugaces pero leales
Besan rosas y claveles
Al chocar de los rosales.
Besa en la ausencia el amante
La imagen de su adorada
De sus quebrantos causante.
La misiva perfumada
Ha de besar cada instante.
Es muy justo declarar
Sinceridad sin agravios
Que no me puedo explicar
Como el querer da a los labios
Esas ganas de besar.
Besa el aire, besa el mar
Besa el sol, besan las flores
Y el que padece de amores
Besando lo ha de expresar.
A qué pues continuar
Mi encanto, mi amor, mi nena,
Si hasta el hundonoso mar
Besa la playa de arena,
Sólo yo sufro la pena
De no poderte besar.
(Dedicada con paternal cariño a mi hija Mari Luz desde Barcelona en 1937, estando ella en Asturias y tras una ausencia de 33 meses)
Costumbres asturianas: La esfoyaza
(Dedicado a mi hija Lucina y nietos José Manuel y Gonzalo en Lieja)
Una noite de ochobre yera
Acabárase tarde la esfoyaza,
Lus mozus asentaus en ringlera
De comer la garulla daben traza.
Comu sabedes mios fíos non so mieu
Diréibus q’uis apurrierun pel fucieu.
Boroña había a trompa talega
Llonganiza q’ui zumbaba l’fuéu
Bonus queisus d’el d’afuega l’pitu
Nueces y ablanes per maniega.
Al e’suidiase la sidra pel gurgüelu
Excomenzou a sonar el xiringüelu.
Lo q’uis faltaba entodavía
Ya mialma q’uin zumbaba la clavia
Café calientan eun tarneus
Ya gutines d’asturiana per nuncir,
Echánse todus a dormir
Fartus de rebrincar lus rapazucus.
(Publicado en una sola página en el programa de las Fiestas patronales de Tineo, en 1954)
La Rabatina
Este pequeño imaginario sucedido se refiere a un pleito por el difícil reparto de aguas donde escaseaba más el elemento líquido que el campo a regar, y no habiendo posibilidad de acuerdo entre los regantes se dejó al albedrío de todos echarla cuando pudieran día o noche, o cuando les viniera en gana, y esto según el léxico del bable asturiano lleva el nombre de “sabatina”.
Madrugou Panchu Marcelu
A regar l’agua al sou prau
Non y deixarun facelu
Por ser muy aprovechau,
Mayárunlu bien mayau,
¡Dexárunlu espalumbrau!
Alzóuse comu pudeu
Co’la ayuda d’un cayau
Ya foi curase a Tineo
¡Diba tou esparrafau!
Falou entós co’l so cuñau
Que la metiu n’el juzgau
Deixou l’casu denunciau
Ya vuelve esperanzau.
Desde entós non descansou
Poxa muita revolveu
Carretaba pa Tineo
Influenzas esgalazau.
Cuandu tou taba amañau
Tirou juicio ya perdeu
Tal comu taba mandau
¡peru nunca esqueiceú!
Entonces cuando muríu
Deixó un pitafín plantau
Comu era lleíu y escribíu
Abondu bien esplicau.
Taba ansina entamangau:
“Non busquéis pleitos míos fíus
Ya deixábabus de lius
Comu vus lu diz Panchón
Ya na vida non seáis tochus
Quien se fou a bañar gochus
Pierde el tiempo ya l’xabón.
(A mis nietos y ahijados Manolito y Gonzalín. Tineo, 1948)
Poesía belga
«Mère quand je suis né de toi
¿Savais-tu que, hors de tes bras,
Mon cœur serait le tien
Toujours tes yeux seraient les miens?»
J.L. Vanhamme (poeta flamenco)