Pregunta: Luisa, explícanos qué es lo que más te motiva de este proyecto?
Conocer y dar a conocer la historia de mi familia, de mis orígenes, saber el cómo y el por qué. Darse cuenta realmente de lo que supone dejar tu país y llegar a otro sitio donde no se conoce nada ni a nadie. Ponerse, por ejemplo, por un momento en la piel de mi abuela y sentir todo lo que ella pudo experimentar a lo largo de su vida, de su exilio, de su combate por la vida y por la solidaridad.
Pregunta: ¿Cómo nació este proyecto y por qué precisamente ahora?
El proyecto ya existía en la mente de algunos miembros. En mi opinión, lo que puso la locomotora en marcha fue la enésima defunción de uno de nuestros mayores, incluso diría que, más bien, es un libro de historia que se cierra y que se guarda al lado de otros libros en una inmensa biblioteca que va cogiendo polvo con el tiempo. No queremos simplemente guardar ese libro y olvidar la historia que cuenta, queremos compartirla porque la vida es un eterno volver a empezar. La decoración cambia, los personajes también cambian, pero el escenario permanece.
Pregunta: ¿Se trata de un momento de nostalgia?
No, más bien se trata de unas ganas de vivir, a través de las historias y de las fotografías, a través de nuestras actividades futuras, un entusiasmo solidario y participar en este movimiento social que hoy en día ya no encuentro realmente entre los jóvenes de mi generación. ¿Por qué? Por la integración, pues creo que ésta es la finalidad última de la inmigración.
Entre nosotros, me refiero a la tercera generación, no nos conocemos realmente, más bien a penas y, la verdad, tampoco tenemos ninguna reunión puntual que nos permita conocernos de verdad, a excepción del fútbol y la copa del mundo que despierta nuestro vínculo con una patria y las ganas de decírselo a todos. ¿Por qué no despertar de nuevo ese orgullo durante un día como Memoria 2010?
Luisa Rodriguez