EL MURO DE LAS LIBERTADES ES UN PROYECTO NOBLE, HUMANO, GENEROSO, PARTICIPATIVO Y CIUDADANO.
EL MURO DE LAS LIBERTADES TODO UN SÍMBOLO.
Estimado Sr. Willy Demeyer, alcalde de la ciudad de Lieja.
Estimado Sr. Michel Firket, concejal,
Señoras y señores,
Queridos amigos,
Apreciados amigos y compatriotas aquí presentes.
Permítanme expresar toda la emoción que me embarga en este momento y dirigir estas primeras palabras a la memoria de nuestros padres y abuelos, a la memoria de todos esos hombres y mujeres que, un día, tuvieron que huir de la tiranía del dictador Franco. Dictador que escapó a la justicia y nunca compareció delante de los tribunales para ser juzgado por sus crímenes. Dictador que, con la complicidad de los sectores más conservadores, hundió a España en un clima de terror durante cuarenta años imponiendo al pueblo su dictadura. “Ya es hora de que la comunidad internacional condene los crímenes del franquismo”.
Lieja y sus habitantes no permanecieron indiferentes y, desde el primer día de la Guerra Civil, los ciudadanos de Lieja se alinearon del lado republicano recogiendo alimentos, medicinas y fondos económicos. Otros fueron más lejos y se alistaron en las Brigadas Internacionales para combatir el fascismo con las armas en la mano.
Lieja, con los brazos abiertos, acogerá desde los primeros días de la contienda a las primeras víctimas, los niños, “Los Niños de la Guerra”.
En nombre del Colectivo Generación Lorca, debo agradeceros la acogida brindada a nuestros padres y abuelos, a todos esos hombres y mujeres que llegaron a vuestra ciudad, una ciudad que hoy se ha convertido en nuestra tierra de acogida. Reconocemos vuestro gesto y os damos las gracias en su nombre, por vuestra solidaridad y por vuestro apoyo activo a la hora de restablecer los valores democráticos en nuestro país, gracias a vosotros, pueblo de Lieja.
A partir de 1978 España volvió a ser una democracia parlamentaria y, en 1986, se unió a la Comunidad Económica Europea.
EL MURO DE LAS LIBERTADES:
Este viernes, 3 de octubre, es un día memorable para todos nosotros. Mientras en todas las ciudades de Bélgica se han organizado conmemoraciones con motivo del centenario de la Primera Guerra Mundial, en Lieja inauguramos el Muro de las Libertades, setenta y ocho años después del golpe de estado contra la República española.
Estos dos grandes eventos están inscritos en nuestra memoria individual y colectiva. Esta memoria en la que se mezclan y se encadenan las historias personales. Dos eventos fundadores que presentan entre ellos ciertas resonancias y ciertos lazos. Lieja, que recibió la Legión de Honor francesa el 7 de agosto de 1914 como reconocimiento a su resistencia heroica; Lieja, que desde los primeros días de la Guerra Civil se alineará del lado de los republicanos españoles; Lieja, que, como decía Félix Mornand, periodista y escritor francés: “Lo que distingue particularmente a los habitantes de Lieja es su amor por la libertad y por su tierra”.
EL MURO DE LAS LIBERTADES es un proyecto noble, humano, generoso, participativo y ciudadano que nació de la iniciativa de un grupo de amigos, todos pertenecientes a la segunda generación de inmigrantes españoles que habían frecuentado los centros culturales F. G. Lorca en la región de Lieja. Un proyecto que a lo largo del tiempo se ha convertido en el proyecto de todos.
Rendimos un homenaje a Federico García Lorca, el escritor español más conocido del siglo XX. Poeta, pianista virtuoso, hombre de teatro, dramaturgo, director de obras teatrales, actor y considerable orador. La fama de Lorca, su compromiso con los valores de la República y la libertad, además de sus numerosos artículos de prensa denunciando la injusticia social, le convirtieron en personaje non grato e incómodo para la derecha española. De esta manera, Raymond Ruiz Alonso, exdiputado de la coalición de partidos de derechas, un fanático, posteriormente se atribuyó con orgullo el crimen al decir que: “no era más que un intelectual, un amigo de los rojos y un marica”.
Federico García Lorca fue considerado por gran parte de los inmigrantes españoles como símbolo de tolerancia y abanderado de las libertades.
EL MURO DE LAS LIBERTADES es todo un símbolo. Mientras que ha caído el muro de la vergüenza, otros muros se levantan a las puertas de Europa. Muros construidos por gobiernos de los que la comunidad internacional debería sentirse avergonzada. Las barreras y los alambres de espino se yerguen en nuestras fronteras dejando tras de sí tristes recuerdos, como los de los campos de concentración. En la actualidad nos dejan tristes imágenes, como las de esos hombres y mujeres en busca de libertad, de un futuro mejor, con sus cuerpos despedazados, desgarrados por profundos cortes mientras se quedan enganchados en esas barreras. EL MURO DE LAS LIBERTADES que inauguramos hoy es portador de un mensaje de amor, de libertad y de esperanza. Podrá convertirse en una herramienta pedagógica para las escuelas de la ciudad al permitir tratar varios temas relacionados con las migraciones políticas o económicas de todo el mundo.
Quién nos iba a decir que aquellos adolescentes que llegaron a Lieja en los años sesenta iban a reencontrarse para conmemorar la memoria de sus padres y abuelos en este sitio, en el espacio que antaño fuera su lugar de juegos y de encuentros familiares.
No vamos a disimular la emoción que nos embarga a todos en este mismo momento, en el instante preciso en que rendimos este homenaje a nuestros padres y abuelos. Nos hubiera gustado nombrarlos a todos, pero necesitaríamos muchas horas y muchas páginas para escribir sus memorias. Nos haría falta encontrar las palabras certeras, esas palabras que hicieran hablar a sus corazones y a su amor por la vida, por sus familias, por sus amigos, por la libertad o la justicia que ellos no tuvieron. Todos conocieron las atrocidades de la Guerra Civil, todos acarreaban el trauma creado por la vivencia propia y familiar de momentos trágicos. Incluso hoy en día todavía hay familias que tienen miedo a hablar.
Hacer que sus memorias hablen…, pero cómo se puede describir el sufrimiento de esa madre que, sólo tiene dieciséis años cuando estalla la guerra civil, y se ve privada de libertad junto a su familia por los falangistas de su pueblo y que, más tarde, asiste, a través de los barrotes de su celda, a la ejecución de su padre, fusilado por los franquistas.
El mayor de una familia de nueve hermanos sólo tenía diez años cuando ya estaba increíblemente marcado por las atrocidades de la guerra. Para ayudar a su familia, junto a dos de sus hermanos, recogía los cascos de las botellas para venderlos, pues el salario del padre no era suficiente. Posteriormente, siendo adulto fue encarcelado en la prisión Modelo de Oviedo durante la primavera de 1960 por sus actividades en favor del restablecimiento de los derechos democráticos y las libertades.
Era un pueblo andaluz tranquilo hasta que ese 18 de julio de 1936 estalló la Guerra Civil. Era un chico de dieciséis años que quería defender la República llegando al punto de falsificar sus documentos de identidad para poder alistarse en las filas del ejército republicano. Fue encarcelado por su compromiso y por sus actividades sindicales posteriores. Dejó España y se instaló en Lieja. Aquí continuó su lucha de la misma forma que hicieron todos nuestros padres. Podríamos pasar horas recorriendo la memoria de esos padres a quienes les debemos todo, pues nos han amado hasta tal punto que sacrificaron sus vidas para que nosotros pudiéramos tener una vida mejor en una sociedad libre. A todos nuestros amados padres, gracias.
El muro de las libertades no hubiera podido convertirse en realidad sin el apoyo de todos aquellos y aquellas que nos han animado y respaldado, tanto económica como moralmente.
Me gustaría dar las gracias de manera muy significativa a todos los miembros de la Célula de Arte Público de la ciudad de Lieja por la acogida y el apoyo brindado, particularmente a Michel Firket, Concejal, que nos ha acompañado en este proyecto y fue quien nos dio la primera luz verde en todo esto; a Anne Gougnard, a Catherine Galimont y a Jean Marie Verdière, con quienes hemos entablado una buena amistad.
Un enorme agradecimiento a todos los representantes políticos de la ciudad de Lieja que han permitido la realización del proyecto gracias a su voto unánime en el pleno municipal.
A todos los simpatizantes del Colectivo por sus modestas contribuciones económicas, a las organizaciones solidarias como la MWB, cuyo secretario general nos honra con su presencia entre nosotros, gracias Nico. A la Federación de Metalúrgicos Lieja-Luxemburgo, cuyo presidente, Francis Gómez, también nos honra con su presencia, gracias Francis. A la Federación Nacional Federico García Lorca, representada por Cayetano Carbonero, gracias Cayín.
Al C.P.C.R que siempre ha estado disponible cada vez que hemos requerido su espacio y a ese fabuloso equipo de animadores llenos de energía y siempre entregados a nuestra causa, gracias a todos.
Alain…sabes que los corredores de fondo y los de maratón se enfrentan a penas y sufrimientos antes de pasar la línea de meta. Los corredores de maratón saben, en su jerga, lo que es un muro, suele situarse alrededor del kilómetro treinta y cinco y, en ese punto, los hay que abandonan, sin embargo, hay otros que continúan y terminan la prueba. Tú, tú eres un corredor de maratón excelente, eres un hombre de corazón y generoso. Gracias, Alain, por este fantástico maratón que hemos corrido juntos. Y gracias también a todo tu equipo.
Aloys, tú eres un hombre discreto y de una gran sencillez, alguien que escucha y que disfruta con el trabajo bien hecho. Tu metodología y tu eficacia nos han sorprendido en más de una ocasión. Cuando pensábamos que el proyecto no avanzaba, tú llegabas con tus planos, tus cálculos, tus apuntes y tu determinación para hacer que todo llegara a buen puerto. Nunca podremos olvidar tus palabras cuando nos dijiste que militabas por el muro de las libertades.
Gracias también a todos los miembros del Colectivo por haber contribuido a este éxito. Cada uno ha impregnado este proyecto con su huella y cada uno ha aportado lo que podía, gracias a todos.
Tengo aquí una foto que nunca ha sido publicada, una foto que sólo han compartido algunas personas, una foto llena de emoción, una foto en la que aparecen tres madres, dos de las cuales ya nos han dejado. Me gustaría aprovechar la ocasión para enviar un mensaje desde esta tribuna a Encarna Sánchez, la tercera madre que aún vive, y decirle que todos la queremos mucho y que deseamos que todavía viva muchos años con sus nietos e hijas.
A mi Mario, ¡qué maravillosa aventura! A lo largo de nuestra militancia hemos llevado a cabo muchas cosas juntos, pero ésta es la más bonita y fue gracias a nuestras madres y a esta maravillosa foto, que tú me enviaste tras el fallecimiento de la mía, que nació este extraordinario proyecto. Gracias, Mario.
José, ¡qué habría hecho yo sin tí!... Seguramente te preguntarás, ¡vaya!, hoy no me ha llamado Manolo. Durante cinco años, día tras día, no ha habido un momento en el que no haya necesitado de ti y de tus consejos. Tú sabías calmarme cuando yo me entusiasmaba demasiado y sabías animarme cuando estaba bajo de moral. José, para mí has sido un hermano y te lo agradezco mucho.
También hay entre nosotros una chica que nos ha ayudado mucho y que ha comprendido lo entrañable que este proyecto era para nosotros y ha contribuido con su ayuda. Esta chica ha traducido nuestra página web al español y ha participado plenamente de nuestro trabajo, gracias Ana.
Y para terminar, me gustaría rendir un público homenaje aquí, al pie del MURO DE LAS LIBERTADES, a esos jóvenes de Lieja que, con motivo de la llamada de la República española, se alistaron en las brigadas internaciones para salvarla de las garras del fascismo y del nazismo. Muchos cayeron gritando: “¡No pasarán!”.
Al igual que la Pasionaria, pensaban que era mejor morir de pie que vivir arrodillados.
Tenían sed de libertad y eran conscientes de que, al defender la República española, protegían su ciudad y su propio país. Muchos de entre ellos murieron en el combate y quedaron allí, confundidos con la tierra por la que lucharon y vivos en lo más hondo de nuestro corazón, glorificados por el sentimiento de nuestra eterna gratitud.
En su honor voy a izar los colores por los que dieron sus vidas, los colores de la República española.
Ahora, voy a citar algunos nombres que conozco de esos jóvenes de Lieja:
A Nicolás RENWA, que salió de Lieja en enero de 1938, perteneció a la XIV brigada y fue dado por desaparecido en marzo de 1938 cuando luchaba en el frente de Aragón…A Francis (llamado Albert), quien en marzo de 1937 se unió a la brigada francesa. A Charles Bailly, joven socialista y posterior alcalde de Lieja de 1973 a 1976. A Marcel Baiwir, quien terminó su carrera profesional como presidente de la delegación sindical de la FGTB de Cockerill. A Léopold Hansen, a Marcel Séré y a todos aquellos que no puedo nombrar hoy aquí, gracias, nunca os olvidaremos.
Gracias, pueblo de Lieja.