Las reivindicaciones de la lucha obrera en Bélgica, el compromiso de trabajadoras y trabajadores inmigrados españoles en el mundo sindical belga se mezclaban así, en perfecta simbiosis, con otro tipo de peticiones, las nuestras: las que pedían el fin de la dictadura y la amnistía de los presos políticos, elecciones libres y solidaridad con los trabajadores en lucha en España.
A menudo acompañé a mis padres cuando era pequeña. Primero observábamos el desfile desde la acera, para que pudiera ver un buen número de participantes antes de incorporarnos nosotros mismos a la manifestación. Mi mirada infantil se detenía en los cientos de personas vestidas con su uniforme de trabajo, los pañuelos corporativos, las majorettes, los gritos, las banderas, los cánticos, las pancartas, las octavillas, las banderolas de vivos colores, las bandas de música, los altavoces. De entrada imitaba el ritmo acompasado de la marcha de los manifestantes contenta de pasar un día diferente del resto mientras repetía las consigas de los “mayores” a voz en grito.
FRANCO ASESINO: ¡LIBERTAD PARA ESPAÑA! –ESPAÑA SÍ, FRANCO NO- Repetiríamos esta consigna durante años porque nos acompañaría durante la infancia, la adolescencia y hasta la edad adulta.
Asistí por última vez a un 1º de mayo en Lieja en 1973. El escenario realmente se parecía a los anteriores, excepto que yo había crecido y que mi participación era más directa. Durante el desfile, al igual que mis jóvenes camaradas de las juventudes comunistas, había vendido chapas, la revista “Nuevos Horizontes”, vales de apoyo y había posado bajo la bandera del PCE y la de la República para la foto.
La manifestación de los españoles concluía siempre detrás del Ayuntamiento. Era el momento de cantar la Internacional y retomar un buen número de canciones del repertorio de los jóvenes, todos en coro, y, sin duda, bajo la lluvia…
Cuando nos habíamos desfogado lo suficiente nos íbamos raudos y veloces al local del Club Federico García Lorca porque teníamos que recuperar fuerzas con una buena comida en familia. La comida había sido preparada desde temprano por voluntarios
para todo el mundo. Los “primeros de mayo” que siguieron a ese año presentaban otro decorado y otros protagonistas, sin embargo, los eslóganes se parecían mucho aunque con un acento diferente…Durante mucho tiempo añoré la visita al Lorca al final de la manifestación e incansablemente mi mente volaba a Lieja y, aún ahora, un pequeño recuerdo del perfume a muguete (típica flor que se regala el 1º de mayo) corre en el centro de Lieja ese día. QUE VIVA EL PRIMERO DE MAYO, QUE VIVA LA CLASE TRABAJADORA. PROLETARIOS DEL MUNDO UNÍOS…
Georgina Muñoz Gil
Mayo de 2010
El primero de mayo los camaradas salían en familia para participar en la manifestación del centro de la ciudad.
Se puede decir que era uno de los grandes días de la emigración española porque teníamos la oportunidad de manifestar públicamente nuestra animosidad contra en general Franco y denunciar las atrocidades cometidas por el régimen.
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