Tantos años pasados juntos… ¡Sí! Todas esas luchas tienen el mismo origen, defender el empleo, ganar el sustento, su propia seguridad y también la del futuro de sus hijos. ¡Pero! Todas ellas cerraron sus puertas, unas tras otras, dejando detrás un desierto industrial.
Es como si fuese hoy y sin embargo esto hace ya 35 años.
No ha cambiado nada o tan poco: promesas, siempre promesas, palabras, siempre palabras y durante todo ese tiempo el empleo se larga y las empresas cierran. Aparentemente los culpables de todo esto somos nosotros, son nuestros salarios, son nuestras conquistas sociales, es nuestro índice de vida y qué más aun… ¡Oh! Posiblemente debámonos volver a la época de Germinal, seria esa la solución que ellos preconizan.
Hace treinta y cinco años ya les decían a nuestros padres, a nuestros abuelos, lo mismo que nos dicen a nosotros hoy. Ustedes deben hacer un esfuerzo para que mañana sus hijos puedan tener un futuro mejor. ¡Pero he aquí que, incluso con esfuerzos esto no cambia nada o tan poco! Las empresas continúan cerrando, así como lo hicieron hace treinta y cinco años. ¿Nosotros, segunda generación de jóvenes inmigrados, de trabajadores, hoy gozamos de las conquistas sociales conseguidas por nuestros padres y abuelos, ellos nos dejaron esa herencia, pero que les vamos a dejar nosotros a nuestros niños mañana?
Las fundiciones Mangé, una historia, hombres, la esperanza, la solidaridad, la lucha, la creatividad para defender la empresa, todo, habrán puesto en ejecución todo para esta empresa, su empresa: Manifestaciones en el mercado dominical la Batte, en la autopista, durante la presencia del ministro De Fraigne, bloqueo de la autopista, desvío de un autobús de la empresa STIL para rendirse a la casa del secretario de Estado a la Economía regional M.Gol, "secuestración" en la fábrica de los administradores y una multiplicación de acciones de sensibilización.
Hicieron todo lo que era posible de hacer esos 54 trabajadores de esa fundición, entre ellos, la mayoría de los trabajadores emigrantes, aquellos que un día, llegaron aquí en la ciudad de Lieja y que no sabían hablar francés, aquellos que debieron marchar, como fue el caso de nuestros padres y abuelos, ellos que marchaban por varias causas: la situación económica, el régimen dictatorial del general Franco. Marchaban dejando detrás de ellos sus familias, las malas condiciones de vida, el hambre, la miseria, la represión, los golpes de garrote que la policía de Franco daba alegremente a todo quien se oponía al régimen dictatorial “sin libertad de asociación, sin libertad sindicales, sin libertad política, sin ninguna libertad”
Ellos, nuestros padres, llegaron aquí, en esta tierra de Lieja donde fueron bien acogidos, donde pudieron gozar de la solidaridad, de la amistad que los cuídanos y trabajadores les ofrecieron. Con esos trabajadores, belgas, italianos, grecos, poloneses, marroquíes… con todos ellos fraternizaron y pelearon codo a codo, para defender todo lo que hoy nosotros hemos recibido en herencia, sus conquistas sociales, los derechos laborales, todo, eso mismo que hoy algunos quieren destruir.
¿Qué lección sacar de estos acontecimientos? ¿Debemos renunciar a nuestras conquistas sociales esas mismas conseguidas en la lucha? ¿Ho Debemos continuar el combate como ellos lo hicieron?
A todos estos trabajadores, gracias por su ejemplo
Manuel Rodriguez
Mai 2012
Ps: Quedo muy agradecido a Joseph Moya por toda la documentación que nos ha enviado.