Fuimos los tres juntos a buscarla a la Plaza Saint Lambert. Decenas de autobuses provenientes del norte de Francia llegaban abarrotados de niños intimidados, o más bien temerosos, por lo que les esperaba durante las vacaciones de Semana Santa de 1963. Yo estaba bastante nerviosa por saber quién iba a compartir “mi territorio” de hija única durante las vacaciones. Annie bajó del autobús acompañada por Sonia, su prima, quien la tomaba fuerte de la mano. La separación de las dos pequeñas fue dramática, sus abrazos y llantos no cesaron hasta que las respectivas familias de acogida les hicieron la promesa de que se verían durante la estancia. Annie y yo entramos en casa cogidas de la mano.
Annie tenía apenas 8 años y era la primera vez que se separaba de sus padres y de su hermana pequeña. Todos nosotros intentamos que su estancia fuera lo más agradable posible.
En cuanto los camaradas de partido de mi padre se enteraron de la noticia empezamos a recibir una multitud de visitas. Los amigos de mis padres también querían participar, a su manera, de esta solidaridad. Todos querían conocer a Annie y hacerle un regalo, un libro, un juguete, golosinas, chocolates… lo que me produjo un pequeño conato de celos pasajeros ante tantas atenciones.
Cuando terminaron las vacaciones los “francesitos” tomaron el camino de vuelta. Las despedidas no fueron fáciles, las sonrisas del primer día se metamorfosearon en llantos en todo el mundo. Los niños volvían a sus casas, la huelga de los mineros todavía no había terminado, ¡resistían! En contra de mi corazón dije adiós a mi nueva amiga, a los buenos momentos pasados juntas, a los juegos compartidos, a las risas…Durante muchos años nos intercambiamos cartas y postales, incluso un día nos reencontramos en Barcelona en los años 80. Annie estaba guapísima y acababa de casarse…Y después, nos perdimos la pista definitivamente…El recuerdo de la pequeña franco-polaca siempre vuelve cuando las palabras “huelga y solidaridad” llaman a la puerta. Así pues, regreso una y otra vez a la Plaza Saint Lambert para darle de nuevo la bienvenida.
Georgina Muñoz Gil
Mayo de 2010
CHANSON LES CORONS DE PIERRE BACHELET
(1) Cronología de la gran huelga de los mineros en Francia
Una vez terminada la Guerra de Argelia, la sociedad francesa pudo volcarse en sus propios problemas. El año 1963 marca la vuelta de las reivindicaciones obreras y de la acción sindical. La gran huelga del mes de marzo de los mineros es su símbolo. Desde hace casi seis meses, la CGT-FO (Confederación General del Trabajo-Fuerza Obrera) intenta abrir las negociaciones con la patronal del carbón de Francia sobre el estatuto de los mineros, cuyo sueldo no ha subido desde 1957. La federación FO de los mineros decide así ir a la huelga de producción el 16 de enero de 1963. Su secretario, André Augard declara: “hoy huelga de producción, mañana huelga general”. La huelga de producción dura quince días, pero el primer ministro, Georges Pompidou, prohíbe a la patronal del carbón de Francia abrir las negociaciones.
El 29 de enero, la federación FO de los mineros convoca una huelga general para el 1 de febrero con el fin de desbloquear la situación. El día 31, por la mañana, la CGT les secunda, pero por la tarde se retracta. Así, la huelga del 1 de febrero se anula. En efecto, el poder acaba de prometer la apertura de las negociaciones para el día 15 de febrero. La CFTC (Confederación Francesa de Trabajadores Cristianos) y la CGT enseguida se aliaron de nuevo. Las razones de la CGT son simples. El 2 de febrero deben firmarse unos acuerdos franco-soviéticos que prevén la importación de 1,5 millones de toneladas de carbón ruso. André Augard declarará: “hemos sido traicionados por un puñado de garbanzos”.
Así, FO no participa en la reunión del 15 de febrero que, en cualquier caso, fue un fracaso. En cambio, la federación FO de las minas es recibida por la patronal del carbón de Francia el 19 de febrero. Solicita un aumento salarial del 11%, la semana de 40 horas y la cuarta semana de vacaciones pagadas. La patronal sólo propone un aumento del 5,8%. Así, FO vuelve a saltar a la palestra y el 27 de febrero convoca una huelga general para el 1 de marzo con la cabecera: “Si no hay dinero no hay carbón”. Al día siguiente, el gobierno recluta a los mineros de Lorena…y fracasa totalmente.
El mismo día, la Oficina confederal de FO denuncia este atentado al derecho de huelga y « hace saber que no dará respuesta alguna, de ningún tipo, a los invitados recibidos de la CGT”. En efecto, esta vez la CGT les secundó. El 1 de marzo la huelga general fue ampliamente secundada y las federaciones de mineros FO-CFT y CGC se reencontraron para coordinar sus acciones. Al día siguiente, De Gaulle firma el decreto de reclutamiento de los mineros del Norte y envía las CRS (Compañías Republicanas de Seguridad) al lugar. Ningún minero obedeció. El 4 de marzo la huelga es total en las cuencas del Norte, de Lorena, del Loira y de Provenza. Las cuencas de Auvergne, Cévennes y las de gas de Lacq les secundaron. Ante la voluntad de los mineros, Pompidou forma el 13 de marzo un comité de sabios para salir del atolladero. El 16 de marzo, el primer encuentro con los sindicatos es juzgado como decepcionante por FO. El 22 de marzo se producen grandes manifestaciones en el Norte, Auvergne y Cévennes. En Lens, las federaciones locales de FO-CFTC-CGC-CGT se manifiestan unidas.
Finalmente, el 25 de marzo, el comité de sabios propone un aumento del 8%. Los mineros lo rechazan. Desbordado por la situación, el gobierno acepta el aumento del 11% el 4 de abril. El día 5, los mineros, vencedores, retoman el camino a los pozos.